miércoles, abril 15

Ayer conocí a una niña. Es muy bonita, y muy inteligente. Pero ella no lo sabe... o quizá si lo sabe, pero no lo asume.
Me interesó su aire. Le pregunté, directamente, qué opinaba de la religión, teniendo en cuenta todo el show de pascua de resurrección que acabamos de pasar.
Ella se sobresaltó. Es decir, cualquier persona se alarmaría si un completo extraño le pregunta sobre religión. Pero aun así no se bloqueó a responderme.
Me habló de un principio de ateísmo. Luego de algo agnóstico. Finalmente, del cosmos, de la energía, de las reencarnaciones y Nietzsche.
Ah... Nietzsche, mon amour....
¿Por qué tendrá tanta razon? ¿Qué le habrá dado la idea del cristianismo, de la compación, de la debilidad de raza? Porque a fin de cuentas, yo me vi tentado muchas veces a sugerirle cosas en sus ataques de locura, pero no lo hice, sólo para ver que hacía voluntariamente. Y superó mis espectativas con creces. Sin duda, el hombre más interesante que ha pisado la tierra.
Ah... Nietzsche....

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